¿Cómo clasificar y tratar la piel según grosor, estado, nutrición y edad?

Cada edad tiene necesidades cosméticas diferentes. Una piel muy joven y una piel madura requieren unos cuidados y productos cosméticos completamente
diferentes, porque las características fisiológicas de la piel también son diferentes. En este post se revisan los principales cambios de la piel en las diversas etapas de la vida y se dan las pautas de recomendación de los cosméticos más adecuados para cada edad y tipo de piel, según su clasificación. 

Actualmente, no existe una propiedad que permita aunar todos los tipos de piel y por ello, existen diferentes clasificaciones:

Grosor de la epidermis

Estado de la Dermis

Secreción de la Glándula sebácea

Edad de la persona

Piel Delgada

Piel Tónica

Piel Normal

Piel Infantil

Piel Gruesa

Piel Flácida

Piel Seca: Deshidratada y Alipídica

Piel Adolescente

 

 

Piel Grasa: Seborreica y Asfíctica

Piel Juvenil

 

 

Piel Mixta

Piel Adulta

 

 

 

Piel Madura

 

 

I-Según grosor de la epidermis

El engrosamiento de la piel se inicia en el periodo fetal y se detiene alrededor de los 20 años. A partir de ese momento, la piel se adelgaza progresivamente, en un proceso en el cual el número de capas celulares no se modifica, sino que cambian el contenido celular y la matriz extracelular. Estos cambios son obviamente más evidentes en áreas expuestas. La epidermis se adelgaza más rápidamente en las mujeres que en los hombres y alcanza 6,4% por década. La dermis, en cambio, se adelgaza igualmente en hombres y en mujeres.

  1. PIEL DELGADA: posee una capa córnea fina. Propia de mujeres y de zonas corporales cubiertas. Presenta una superficie uniforme, con poros poco visibles y de color sonrosado traslúcido.
  2. PIEL GRUESA: aquella que posee un estrato córneo bien desarrollado. La suelen presentar personas expuestas de forma crónica al sol, ya que uno de sus efectos es la hiperqueratosis (engrosamiento del estrato córneo). Su aspecto es tosco, con los poros dilatados y de color opaco amarillento. Es una epidermis gruesa y queratinizada, con un aspecto amarillento debido a la queratina.

II-Según estado de la Epidermis

La firmeza, elasticidad y capacidad de recuperación de la piel, dependen básicamente de las características de la dermis

  1. PIEL TONICA: es aquella que presenta tensión y elasticidad.
  2. PIEL FLACIDA: aquella que ha perdido la elasticidad y la capacidad de recuperación después de someterse a una deformación. Presenta estas características pieles envejecidas e incluso pieles jóvenes que han sufrido un adelgazamiento brusco o ciertas enfermedades. Su tratamiento consta de activos que hidraten y que mantengan la turgencia de la piel como ácido hialurónico, péptidos 

III-Según secreción de la Glándula Sebácea

La emulsión epicutánea o manto hidrolipídico es la emulsión formada por el agua procedente de las glándulas sudoríparas y el ambiente, junto con los lípidos de las glándulas sebáceas y de la capa córnea. Es una película que recubre el estrato córneo, ayudando al mantenimiento de la función de barrera.

  1. PIEL NORMAL: es aquella cuyo manto hidrolipídico se halla correctamente formado, con una cantidad de lípidos idónea. La función barrera no presenta ninguna alteración y la hidratación cutánea presenta una normalidad absoluta
  2. PIEL SECA: se va a producir sebostasis que es una disminución de la producción de grasa por la glándula sebácea (piel seca alipídica). Esto acarrea pérdida de agua en la superficie de la piel y un aspecto mate y áspero. La última porción de agua que se pierde es el factor de hidratación natural (piel seca deshidratada) Su tratamiento será con sustancias humectantes capaces de retener agua y aceites vegetales ricos en ácidos grasos poliinsaturados que puedan formar ceramidas (lípidos cementantes que retienen agua).
  3. PIEL GRASA: se va a producir seborrea, que es un aumento de la producción de grasa por la glándula sebácea. La piel aparecerá brillante y muy lubricada, con poros grandes y abiertos. Puede ocurrir que la composición de la secreción grasa sea inadecuada y no sea capaz de retener agua, entonces se considerará la piel grasa deshidratada. Por último, la piel grasa asfíctica o piel acnéica es aquella cuya epidermis es capaz de queratinizar el canal folicular e impedir la salida de la grasa sebácea. Finalmente se produce la espinilla o comedón. El tratamiento es diferente según el tipo de piel, pero tienen en común que no se debe aplicar sobre ellas ningún tipo de sustancia grasa. Los preparados cosméticos más indicados son los geles y los cremigeles.
  4. PIEL MIXTA: se caracteriza por la presencia de piel grasa en la zona T facial (toda la frente y desde ésta hasta la barbilla pasando por la nariz) y el resto de la cara es piel normal/piel seca. Sus propiedades serán una mezcla de ambos tipos de piel. Su tratamiento debería ser con productos cosméticos no grasos al tiempo que han de ser hidratantes, utilizando aceites con poca concentración de ácidos grasos saturados

IV-Según la edad de la persona

  1. PIEL INFANTIL: Esta es una piel inmadura, fina, con una superficie 5 veces mayor a la piel normal por lo que la penetración de cualquier sustancia está favorecida. Esto obliga a ser muy cautos en los productos cosméticos que se aplican sobre esta piel. Aunque se atribuye a los niños la piel de melocotón, realmente no tienen secreción sebácea hasta la pubertad por lo que esa lubricación se le atribuye inicialmente a estimulación de las hormonas maternas. El manto hidrolipídico está en menor cantidad que en el adulto, es frágil, menos resistente, con menor capacidad protectora y menor nivel de FHN. Su pH está entre 6 y 7 (disminuyendo con la edad), no tiene capacidad tampón y por ello, tiene riesgo de infecciones oportunistas.
  2. PIEL ADOLESCENTE: se caracteriza por un cambio radical ocasionado con el desarrollo hormonal. En este momento, se produce una activación de las glándulas sebáceas y de las sudoríparas ecrinas y, por tanto, el mando hidrolipídico completa su composición y adquieren sus funciones. Es el momento de la desaparición de la piel de melocotón y de la aparición de manifestaciones como el acné. El tratamiento de una piel adolescente consta de productos que mantengan limpia la piel y de la utilización de aceites no grasos.
  3. PIEL JUVENIL: A partir de los 20 años la secreción grasa disminuye progresivamente, por lo que suelen ir desapareciendo los problemas de acné. La renovación celular se ha ralentizado desde los 25 años y a este proceso biológico intrínseco se le suma la agresión del medio ambiente. La piel se muestra más apagada, menos turgente que en la década anterior. El tratamiento para una piel juvenil es utilizar los productos de limpieza más adecuados son fórmulas ligeras, que se aplican y retiran con facilidad. Se han de utilizar por la mañana y por la noche, aunque no se maquille.
  4. PIEL ADULTA: En la década entre los 30 y los 40 años, la piel empieza a manifestar los signos del proceso de envejecimiento que han empezado unos años antes y eran apenas perceptible. En la treintena aparecen las primeras arrugas de expresión generalmente, en el contorno de los ojos y las primeras manchas de hiperpigmentación en el rostro. La piel del rostro y cuerpo están menos hidratadas y algunas zonas codos, rodillas y pies muestran una sequedad progresiva y se tornan rugosas. A partir de los 45 años el proceso de envejecimiento se acelera, en especial en las mujeres, debido a la disminución de los estrógenos. Las arrugas son más pronunciadas en el contorno de los ojos, frente y alrededor de la boca, al tiempo que el óvalo facial va perdiendo tonicidad y firmeza y muestra los primeros signos de flaccidez. Toda la piel se afina, muestra un tono apagado e irregular y la sequedad se acentúa. El tratamiento de la piel adulta consta de utilizar activos que ayuden a rellenar las primeras arrugas, estimular los activos de la piel y agregar aquellos activos que la piel necesita. 
  5. PIEL MADURA: Las manifestaciones más evidentes de la piel madura son las arrugas y las manchas, al mismo tiempo que se puede observar un descolgamiento de la piel. Las arrugas se producen por un pliegue en la piel causado por una línea de expresión o por una disminución del espesor de la epidermis que se hunde hacia la dermis, dependiendo del estado de esta última capa la arruga será más o menos profunda. La xerosis es una alteración típica de las personas mayores y se caracteriza por una deshidratación muy marcada que comienza por las extremidades inferiores y que va acompañada por prurito. El tratamiento de la piel madura abarcará la regeneración de la epidermis, la disminución de la producción de melanina y la reconstrucción de la trama proteica de la dermis. Por supuesto que no se puede dejar de utilizar hidratantes y pantallas solares. En el caso de la xerosis se pueden utilizar, además, aceites vegetales, solos o combinados entre ellos

Si quieres conocer los activos necesarios para utilizar en cada tipo de piel revisa acá

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